Siempre nos quedarán caminos por recorrer.
sábado, 5 de mayo de 2012
Boom.
Las personas somos como edificios a punto de ser demolidos. Estamos deteriorados debido al paso del tiempo, al paso de las personas, que nos debilitan, nos hacen daño, pero a la vez nos llenan. Tenemos peligrosas cargas de dinamita en cada esquina, y todas ellas están llenas de la pólvora de la memoria. Recuerdos que provocan desde la más pequeña y dorada chispa, hasta los hermosos y majestuosos fuegos artificiales.
Y de repente alguien aprieta el botón rojo, el detonador, y todo explota en tu interior. Aunque no siempre es malo. Muchas veces llena de calor las venas, ilumina tus ojos con su característico color naranja brillante. Porque, sí, hay explosiones que hacen daño, te queman la piel y te destrozan. Pero hay otras, las más fuertes, que te dejan sin aliento y hacen aflorar eso a lo que llaman felicidad. Y es que, ¿qué explosión hay más fuerte que la provocada por el amor?
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